Tuesday, 15 November 2022

Alrededores de San Bartolomé (La Puerta de Carmona)/Qué ver cerca de La Judería del Buen Viaje

 



La Puerta de Carmona era una de las más antiguas e importantes de todas las que se abrían en la vieja muralla hispalense. Databa de época romana (al igual que la cercana de la Carne) y a ella llegaban los Caños de Carmona, que morían en el torreón que la flanqueaba por el lado derecho. Además, a sus pies nacían los caminos que comunicaban Sevilla con Madrid, con Andalucía Oriental y, por supuesto, con la ciudad de Carmona y toda la fértil comarca que se extendía a su alrededor.

Era conocida así desde época musulmana (la bab Qarmuna) y siguió llamándose igual una vez reconquistada la ciudad por las tropas de San Fernando.

Tras diversas obras de reparación y adecentamiento, en 1578 se reconstruye totalmente bajo los auspicios del Conde de Barajas y la dirección de Asensio de Maeda, tomando la forma que prácticamente mantendría hasta su demolición.

Fue prisión de caballeros (que eran recluidos en celdas habilitadas en las dos torres situadas a sus flancos), sobre el arco de medio punto se situaba un primer cuerpo en el que destacaba el escudo de armas de los Duques de Alcalá, sobre el que asimismo se ubicaba un segundo cuerpo en el que aparecía una imagen de la Purísima Concepción que estuvo allí hasta la invasión francesa.

Además de su importantísimo cometido comercial, la Puerta de Carmona tuvo un ajetreado historial bélico, demasiado para las contiendas que realmente ha vivido la ciudad.

Así, en el año 889 vio la entrada de las tropas califales que provenientes de Córdoba sofocaron una revuelta de la población de la Isbilya musulmana; ya en 1540, salieron por ella las tropas sevillanas que acudieron al auxilio de Gibraltar, que estaba siendo saqueada por los corsarios de Barbarroja. Dice la tradición que tan grande e imponente era el pendón de la ciudad que portaban las tropas hispalenses (capitaneadas por d. Rodrigo de Saavedra) que hubo que pasarlo por encima de la muralla ya que era imposible sacarlo por la puerta.

En este mismo sitio tuvo lugar el último combate librado en Sevilla por las tropas napoleónicas, que salieron de ella para siempre en Agosto de 1812. Lamentablemente, el Mariscal Soult había huido antes con todos los cuadros y obras de arte que había logrado recopilar a lo largo de su "fructífero" mandato.

Finalmente en 1843, durante el asedio sufrido por la ciudad en las guerras carlistas, cayeron según palabras de d. Alfonso Álvarez-Benavides 24 bombas sobre esta Puerta, o lo que es lo mismo, la friolera de 161 kg de hierro.

Sin embargo no sería una bomba ni una escaramuza bélica la que se la llevaría por delante, sino que sería derribada por métodos más tradicionales y pacíficos: y es que evidentemente la piqueta hizo de las suyas y en Diciembre de 1868, por el módico precio de 8.198 maravedíes, desaparecía para siempre y por los siglos de los siglos la Puerta de Carmona, el escudo de armas de los duques de Alcalá, la prisión de los caballeros y mas de 2000 años de historia de la ciudad.

Como vestigio de este pasado tan sólo nos queda hoy en día un pequeño y cochambroso lienzo de muralla en la calle San Esteban sólo visible a través de unas rejas que tiene en parte continuación hasta la calle Estella por la medianera de los edificios que configuran esa manzana (cuyos otros dos límites son la calle Tintes y Menéndez y Pelayo).

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